Pomada con plantas medicinales

POMADA o UNGÜENTO con PLANTAS MEDICINALES
Receta base

Esta es una receta básica para hacer una pomada con plantas medicinales. A partir de esta receta, podéis elaborar cualquier tipo de pomada, dependiendo de las propiedades que os interese, seleccionando unas plantas u otras. 

Ingredientes y materiales necesarios para elaborar una pomada de plantas medicinales

INGREDIENTES:

  • Aceite: girasol, oliva, almendras…
  • Plantas medicinales
  • Cera de abeja

MATERIALES:

  • Cazuela
  • Tarros de cristal
  • Colador
  • Cuchillo, tijeras y rallador
  • Báscula con sensibilidad de gramos
  • Palo de madera o utensilio para revolver

Elaboración paso 1: Preparación del aceite con plantas medicinales para la pomada

El primer paso y el más importante es preparar un aceite de plantas medicinales para la pomada. Dependiendo de las propiedades que nos interesen: cicatrizante, antiinflamatorio, astringente… Para ello, necesitamos un aceite base que puede ser girasol almendra, oliva…etc. La elección del aceite es en función de la finalidad de la crema. Si vamos a preparar una pomada para problemas de piel conviene añadir aceites que contribuyan a mejorar las condiciones de la piel (almendra, por ejemplo). Otras veces, el aceite no tiene tanta relevancia y podemos usar cualquiera (por ejemplo, una crema antihemorroidal, por ejemplo). En ese caso, os recomiendo que utilicéis parte de girasol, ya que extrae muy bien las propiedades de las plantas y tiene alto contenido en vitamina E, lo que hace que la conservación de ese aceite sea mayor. Podéis leer el artículo sobre aceites y sus propiedades para saber cuál os conviene más.

La proporción de planta que vamos a utilizar es un tercio del volumen. Así, si vamos a elaborar un tarro de aceite, llenaremos de planta troceada un tercio del volumen del tarro, y luego rellenamos con aceite.

Se puede usar tanto planta fresca como seca. La proporción puede ser la misma o un poco más cuando utilizamos planta fresca, pero no más del 50 % del volumen.

Hay dos formas básicas de preparar el aceite:

  1. Aceite mcerado durante 29 días
  2. Aceite en caliente en 2-3horas 

1.1. Aceite de plantas medicinales macerado durante 29 días

Esta es la opción planificada, que yo le llamo, ya que requiere que no tengamos prisa en elaborarlo, ya que hay que esperar todo un ciclo lunar. Se pone las plantas troceadas en un bote de cristal y se añade el aceite, en la proporción antes mencionada. Guardar el tarro en lugar oscuro, y cada pocos días, remover el bote, sin abrirlo, para que no queden partes de plantas en la superficie que puedan crear hongos.

En este tipo de elaboración y con planta fresca, hay que evitar echar plantas mojadas por la lluvia, y plantas que contengan mucha agua (aloe, vera, ombligo de venus, uva de gato, curalotodo…) ya que un exceso de agua puede hacer que el aceite se eche a perder.

Después de 29 días, colar. Ya tenemos listo el aceite medicinal.

1.2. Aceite de plantas medicinales preparado en caliente en 2-3 horas

Se trata de hacer un aceite de rápida elaboración (2-3h) con ayuda de una fuente de calor, lo que acelera el proceso de extracción de las propiedades medicinales al aceite.

Primero, se echan las plantas en un tarro y se cubre con aceite en la proporción antes indicada. Después, ese bote, se pone al baño María, sin tapa. El baño María es poner una cazuela con agua en el fuego (vitrocerámica, gas…etc.) y dentro de esa agua otro recipiente (en este caso nuestro bote con el aceite y las plantas). Esto hace que podamos regular mejor el calor directo que llega a nuestro aceite.

Conviene que el aceite no supere los 45 grados de temperatura, ya que temperaturas más altas, destruirán gran parte de las propiedades de nuestras plantas medicinales. Para eso, el agua no debe hervir y debemos poder meter el dedo en el aceite por unos segundos sin quemarnos.

La potencia del fuego que deberéis utilizar para eso, dependerá del tipo de aparato que tengáis y de su escala de potencia. Yo en mi casa, tengo vitrocerámica y tiene 9 niveles de potencia. Suelo elaborar los aceites con la vitro al 2. Pero esto sólo os sirve como orientación. Tendréis que ir probando.

Hay que remover el aceite de vez en cuando. Yo utilizo un palo de madera. Evitad los cubiertos metálicos.

Después de 2-3h, apartar del fuego. A mí me gusta dejar el aceite con las plantas macerando hasta el día siguiente, para que el aceite se siga nutriendo de los principios activos de las plantas.

Colar el aceite. Utilizar un colador para separar las plantas y retirarlas.

Ya tenemos listo el aceite medicinal.

Aceite con plantas medicinales
Aceite medicinal
celdillas de cera
Pomada con plantas medicinales
pomada resultado

Elaboración paso 2: Añadir la cera de abeja

El siguiente paso es endurecer de alguna manera ese aceite con propiedades medicinales, para darle consistencia. Se puede utilizar cera de abeja, como la manteca de cacao, la vaselina, el aceite de coco… En mi zona, la cera de abeja es un bien accesible, que se puede conseguir de apicultores de la zona, por eso es la que más utilizo. Pero si en vuestro entorno la manteca de cacao u otro ingrediente es más accesible, adelante. Soy de las que piensa que hay que hacer las cosas con lo que tenemos a nuestro alrededor.

Yo cojo el tarro de cristal definitivo donde va a ir la pomada y pongo la cera. Luego añado el aceite hasta llenar el bote y lo pongo de nuevo al baño María. El calor ira derritiendo la cera. Una vez derretida, sacar del fuego y dejar enfriar a temperatura ambiente con el tarro descubierto. Una vez frío, cerrar el bote.

Para facilitar que la cera se derrita rápido y no tengamos que tener el aceite en el fuego por largo rato, echarla lo más finamente cortada que podáis. Una manera muy útil es rallar la cera, y así se derretirá muy rápido.

La proporción de cera que hace falta, es variable. Hoy en días las ceras suelen estar bastante adulteradas, lo que hace que no endurezcan tanto como una cera pura. Una proporción que aparece en los libros es de cada 1000 gramos de aceite, 180 gramos de cera. Aseguraos que compráis cera en un lugar de confianza, (apicultor de la zona o en tiendas especializadas) y de colmenas que no tengan tratamientos químicos.

Yo tengo calculado los gramos de cera para cada tarro de pomada que suelo utilizar:

Tarro de 140ml

15 gramos de cera

Tarro de 50ml

6 gramos de cera

Tarro de 30ml

4 gramos de cera

Otra forma para saber la cantidad de cera necesaria es ir viendo la consistencia de la pomada. Para eso, una vez disuelta la cera, más o menos a la proporción antes indicada, cogemos con el palillo y ponemos unas gotas en una cuchara. Dejamos enfriar esas gotas (tarda muy poco) y podemos tocar la textura que tendrá la pomada. Si nos parece que está muy blanda, podemos añadir un poco más de cera.

Esto a veces resulta útil cuando no sabemos el grado de pureza de la cera, es la primera vez que la compramos…etc. Una vez que hayáis hecho varias pomadas, sabréis los gramos necesarios para un tarro. Pero si cambiamos de cera, conviene revisar esas proporciones.

Elaboración paso 3: Conservación de la pomada

Es importante que cojamos la costumbre de etiquetar todo aquello que hacemos. Poned, la utilidad de la crema y la fecha de elaboración.

Una pomada elaborada con plantas medicinales nos puede durar varios años si se conserva adecuadamente. Hay que evitar los cambios bruscos de temperatura, especialmente el calor, y protegerla de la luz solar.

Cuando una pomada se enrancia, es decir, se pone mala, lo notaréis por el olor que desprende. Cuando esto ocurra, tirad la pomada.

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